La salinidad en la superficie del océano es la pieza que falta en los estudios por satélite de la Tierra que mejorarán nuestra comprensión de cómo el océano y la atmósfera interactúan para afectar de forma conjunta a nuestro clima.
Las mediciones de salinidad de la superficie del océano, hasta hace muy poco, se habían limitado a escasos datos recogidos por los buques, boyas y un pequeño número de campañas científicas.
A partir de esos datos limitados, sabemos que la salinidad de la superficie oceánica varía apenas en cinco partes por mil a nivel mundial. Sin embargo, un cambio de sólo una fracción del uno por mil pueden influir en la circulación del océano.
Conocer la salinidad de la superficie del océano también puede ayudar a los científicos a rastrear el ciclo del agua de la Tierra.
Estudios recientes han demostrado que el ciclo del agua en la Tierra se está acelerando en respuesta al cambio climático, que afecta a los patrones globales de precipitación. En la actualidad, los científicos estudian el ciclo del agua, sacando conclusiones a partir de mediciones de cantidad de agua que se descarga de los ríos y midiendo los índices de precipitación y evaporación utilizando satélites como el Tropical Rainfall Measuring de la NASA.
"Alrededor del 80 por ciento del ciclo de agua en la Tierra tiene lugar sobre el océano", dijo el investigador principal de Acuarius Gary Lagerloef, de Erath & Space Research, en Seattle. "Mediante la medición de la salinidad superficial del océano, Acuarius será capaz de realizar un seguimiento de cómo el ciclo del agua está cambiando en respuesta al cambio climático.
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